Todo alrededor del proyecto de la I-66 es único. En especial, su apuesta por la tecnología, que la sitúa en la vanguardia mundial. Sus 36,2 kilómetros ahorrarán tiempo y limitarán la congestión urbana a los habitantes de Virginia, mejorando su seguridad y conectividad, e integrándose con los servicios públicos de transporte. Concebida como una vía dentro del corredor, mejorará la fluidez de la conexión vial. Estaciones de metro, aparcamientos disuasorios y carril-bici son algunas de sus señas de identidad. El impacto en el medio ambiente y la seguridad no es menor. Será la primera autopista que incorporará AIVIA - el sistema de V2I de Ferrovial para el vehículo autónomo. Empezará a funcionar a finales de 2022.
por sentido
por sentido
ampliación del transporte público
La I-66 utiliza el proceso de rublización -el reciclaje del hormigón de la carretera actual para usarlo en la nueva- con el objetivo de minimizar la emisión de 7 millones de toneladas de CO2 al limitar el uso de camiones, transporte y vertederos.
CONGESTIÓN 8-10 HORAS DIARIAS
200.000 VEHÍCULOS POR DÍAS EN EL CORREDOR
LA ALTA CONGESTIÓN PROVOCA QUE EL TRÁFICO CIRCULE POR VÍAS ADYACENTES PERJUDICANDO LA CALIDAD DE VIDA DE LA COMUNIDAD
USO LIMITADO DEL COCHE COMPARTIDO Y DEL TRANSPORTE PÚBLICO
AHORRO DE 30 MINUTOS EN LAS HORAS-PUNTA
UNA MAYOR FLUIDEZ DE TRÁFICO AL AUMENTAR UN 40% LA CAPACIDAD DEL CORREDOR
UNA MAYOR VELOCIDAD EN LAS MANAGED LANES QUE ASEGURAR EL AHORRO DE TIEMPO
4.000 PLAZAS DE APARCAMIENTO DISUASORIO, 18 KILÓMETROS DE CARRIL-BICI Y NUEVAS RUTAS DE AUTOBUSES
MEJORA DE LA SEGURIDAD
REDUCCIÓN DE LAS EMISIONES DE CO2
El precio se adapta en tiempo real cada 3 minutos
Organismos federales, estatales y locales, así como la comunidad han participado en la evolución del proyecto
Vanguardia tecnológica para responder a los coches autónomos y conectados